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Sistema SATE Sateffic

Cómo afrontar la rehabilitación térmica de un edificio

Desde hace ya algunos años se viene haciendo hincapié en la importancia de la rehabilitación térmica de los edificios, ya que hasta hace poco tiempo no existía una legislación al respecto y era un aspecto prácticamente inexistente en la mayoría de construcciones. De hecho, se estima que las viviendas españolas con más de 40 años de antigüedad no tienen ningún tipo de aislamiento térmico.

Esto es un verdadero problema y, por ello, desde el año 2006, con la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, se obliga a que cuando se realice una reforma o modificación que afecte a más del 25% de los cerramientos de un edificio, dicha reforma contemple la rehabilitación térmica. Para afrontar dicha rehabilitación es importante tener claros previamente una serie de aspectos para poder detectar correctamente el problema y buscar la mejor solución.

 

Puntos débiles de un edificio

Una vivienda o construcción tiene 4 puntos débiles que son aquellos lugares por los que entra o se pierde el calor:

  • Las paredes: Si los muros de una casa no son lo suficientemente gruesos o no han sido construidos con materiales aislantes se convierten en los principales causantes de que la temperatura en el interior de la vivienda no sea la adecuada.
  • El techo: De todos es conocido que el calor tiende a subir, así que los techos se convierten en la principal vía de escape para el calor en un inmueble. Esto se puede evitar, por ejemplo, con un sistema de aislamiento térmico exterior en cubiertas 
  • El suelo: Mientras que el calor sube, el frío baja. Por lo que es bastante habitual que la casa se enfríe por esta zona. Para evitar este molesto efecto, en los últimos tiempos se han desarrollado tecnologías como los suelos radiantes que son la perfecta solución para terminar con este problema.
  • Las esquinas o juntas: A veces ocurre que las esquinas entre paredes o las juntas de los ventanales no están bien selladas y, por lo tanto, son puntos críticos para mantener la temperatura de una casa. Algo tan simple como cubrir bien con masilla dichos puntos será una solución rápida y efectiva.


 

Cuándo efectuar la rehabilitación

Una vez detectado el punto de fuga, es momento de plantearse cuándo hacer la reforma. Realmente, cualquier momento es bueno para realizar una rehabilitación térmica dada su necesidad. Aún así, hay dos situaciones bastante comunes que propician la implementación de un sistema de aislamiento térmico:

- Restauración de la fachada de un edificio: Una de las reformas más comunes en un edificio es la de la fachada. Cuando esta necesite un lavado de cara será el momento perfecto para aplicar un sistema de aislamiento térmico exterior. En Blatem contamos con el sistema SATE Sateffic que consiste en un revestimiento aislante de varias capas protegido por un mortero que disminuye un 30% el calentamiento del edificio durante los meses de verano y reduce un 70% la pérdida de calor en invierno.

Las principales ventajas de Sateffic son que elimina los puentes térmicos, tiene un mantenimiento mínimo, no reduce el espacio, ofrece protección contra las agresiones externas y mejora el aislamiento acústico.

 

SATEFFIC

 

Otra alternativa de Blatem son los revestimientos para fachadas con la novedosa tecnología de protección solar que ayuda a reducir la temperatura de las superficies expuestas al sol y, por lo tanto, disminuye considerablemente la sensación de ‘isla de calor’ en el interior del edificio.
 

- Reparar goteras y humedades: Cuando se da uno de estos dos problemas en un edificio es sinónimo de que existe un mal aislamiento, por lo que su reparación será el momento perfecto para apostar por un sistema de aislamiento termoreflectante para cubiertas. El sistema Elastem de Blatem es perfecto para ello, pues evita las filtraciones de agua y mejora el bienestar térmico dentro de la casa.

Elastem es una membrana impermeabilizante líquida en base acuosa que sirve para evitar las filtraciones tanto de lluvia como de humedad. Sus beneficios más notables son la elasticidad, una adherencia perfecta, la elevada reflexión a la luz solar y la resistencia ante la humedad, el vapor de agua y las precipitaciones.

 

Qué se obtiene con la rehabilitación térmica

La rehabilitación térmica tiene muchos beneficios, entre los que cabe destacar:

  • Reducción del consumo eléctrico: Una vivienda bien aislada supone una reducción notable tanto en el consumo de calefacción en invierno como en el de aire acondicionado en verano. Aunque en un primer instante los sistemas de aislamiento térmico pueden parecer costosos, lo cierto es que se rentabilizan muy rápido con la disminución del gasto energético.
  • Mejora en el bienestar personal: Una temperatura agradable dentro de la casa se traduce en confort. La rehabilitación térmica de un edificio tiene ese efecto directo sobre una vivienda y, por lo tanto, supone una mejora en la calidad de vida y en el día a día.
  • Disminución de la contaminación: Al reducir el consumo energético disminuye también la contaminación, ya que tanto el gas como la calefacción eléctrica emiten gases de efecto invernadero muy perjudiciales para el medio ambiente.
  • Mejor aislamiento acústico: Los revestimientos y otras tecnologías para la rehabilitación térmica también contribuyen a mejorar el aislamiento acústico de los edificios. Por lo que con este tipo de sistemas los ruidos procedentes de la calle serán prácticamente imperceptibles.
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